A pesar de la lluvia, no pude resistirme a comprar unos kilos de pimientos, que la verdad tenían un aspecto inmejorable.
Tengo pensado hacerlos asados, fritos, en tomatada y en vinagre. También suelo envasarlos al vacío y congelar algunos asados.
Los de primera categoría estaban a 1,50€ y los de segunda en torno a 0,80€.
Un gusto exquisito que saborearé estos días y hasta que se me agoten en los meses venideros.
Pimientos de primera categoría comprados en la Feria del Pimiento de Benavente
Magnífica cebolla que me regaló mi prima. Pesaba cerca de un kilo
Perejil de mis macetas
Moras en todo su esplendor recogidas en un camino del pueblo
Uvas de jerez de parra, de la casa de mi madre
Higos cuello de dama, de exquisito dulzor
Tomates de mi pequeña cosecha
Sandía que me ha regalado mi prima
Quesos de oveja comprados en una fábrica de Santa Cristina de la Polvorosa. ¡Riquísimos!
Que variedad de productos de la tierra y de temporada, exquisitos y naturales. Es una gozada que pasen directo de la planta al plato, circunstancia cada vez menos frecuente y casi nunca, sobre todo en las grandes ciudades. Que podamos seguir disfrutándolos mucho tiempo.
ResponderEliminarLa verdad que es una delicia poder disfrutar de estos productos tan sanos y naturales, Enrique. Para mí es uno de los alicientes del verano.
EliminarSaludos
Que variedad de productos de la tierra y de temporada, exquisitos y naturales. Es una gozada que pasen directo de la planta al plato, circunstancia cada vez menos frecuente y casi nunca, sobre todo en las grandes ciudades. Que podamos seguir disfrutándolos mucho tiempo.
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