Entrevista a Saturnino Martín Mielgo, un villabrazarino en Europa

María Eugenia Morro Geras | 12-Agosto-2016

Tenía planificado hacer una SERIE de ENTREVISTAS para este blog a personas que tuvieran muchas vivencias que contar sobre Villabrázaro (Zamora, España). La primera vez que lo pensé, Saturnino Martín Mielgo pasó por la puerta de mi casa, y le pregunté si se prestaba a ello, pues me parecía interesante la visión de una persona que vivía en Europa, en Bruselas, sede de la Unión Europea, y de qué manera contrastaba su vida allí con sus estancias en Villabrázaro. Me dijo que sí, que bajara cuando quisiera, a pesar de que no maneja Internet, y este mundo de las nuevas tecnologías no le llama la atención.

La tarde del 12 de agosto de 2016 nos invitó muy amablemente a su casa, a mi madre y a mí. Allí estaba Rosa, su esposa (nacida en Bélgica), siempre sonriente, ambos muy hospitalarios. Nos sentamos en el porche de cara al hermoso y cuidado jardín, y hablamos durante horas tomando unos refrescos. Se nos hizo de noche, y eso que en el pueblo en verano oscurece tarde.

En algunos momentos, hubo que parar, porque el matrimonio se emocionaba, incluso con lágrimas, al relatar hechos de su vida. Es completamente normal; les dimos su tiempo para continuar.

No grabé la conversación en audio, aunque bajé mi netbook, pero no escribí nada en ese pequeño portátil, así que esta entrada está sólo basada en unos apuntes que tomé a mano en papel y en mis vagos recuerdos, pues de esto hace casi 8 años.

Desconozco si en este tiempo su opinión ha podido cambiar y daría respuestas diferentes a las aquí escritas.

Saturnino Martín Mielgo en su bonito jardín de Villabrázaro

INTRODUCCIÓN

Saturnino Martín Mielgo nació en Manganeses de la Polvorosa (Zamora) el 19 de mayo de 1936.

Hijo de Manuel y María, ambos de Manganeses de la Polvorosa, tuvo dos hermanos: Ismael y Hortensia. Cuando su madre falleció, su padre se casó con Benilde, de Villabrázaro, con la que tuvo otros dos hijos: Tito e Isabel.

Se fue de España en los años 60, y se instaló en Bruselas (Bélgica), donde ha vivido desde entonces con su esposa Rosa y su hijo Manolo, el cual se mudó hace años a Alicante. 

Siempre han acudido a su cita veraniega con Villabrázaro.

ENTREVISTA

¿Cuáles son tus primeros recuerdos de Villabrázaro?

Fui con 7 u 8 años proveniente de Manganeses de la Polvorosa, y el pueblo nos acogió muy bien. La gente era muy agradable. Recuerdo con mucho cariño las meriendas que nos daban Andrés y Sabina, que vivían muy cerca de mí.

¿Cómo transcurrió tu infancia?

Feliz, pero con necesidades.

¿A qué solías jugar?

Apenas tenia tiempo para jugar, pues estaba siempre trabajando con mis padres. En los pocos ratos libres que quedaban, me gustaba pescar con caña.

¿Fuiste a la escuela?

Iba a la escuela de noche, que era de pago, 2 horas al día, porque por el día tenía que trabajar. Recuerdo que los maestros eran Don Jerónimo y Don Virgilio.

¿Cómo te divertías en tu juventud en el pueblo?

Iba al río, al baile de Narciso, en esta misma casa donde vivo ahora, a las fiestas de otros pueblos y a pie a las de Benavente, donde nos divertíamos con cosas sencillas. Recuerdo una vez que compramos una sandía, y la repartimos entre todos los de la pandilla. Andreíta (q.e.p.d) y Caela se acordarán.

¿Trabajabas en las faenas del campo?

Sí, con mis padres y también como empleado en casa de los Uñas desde los 14 años.

Saliste de Villabrázaro muy joven

Primeramente fui a Vecilla de la Polvorosa durante tres meses, después a Villastrigo del Páramo (León), donde permanecí cuatro años, y aproveché para sacarme el carnet de conducir, pues allí se transportaba remolacha. Más adelante me fui al País Vasco, a Zumárraga, a la fábrica "Orbegozo" (con más de 1.500 obreros), donde me dediqué al cromado de grifos.

Luego llegó la  hora de hacer el servicio militar (18 meses), en Zamora. Al finalizar, volví a irme a Bilbao, a trabajar 4 meses en una cantera entre Gallarta-Ortuella. Después a Gijón, a la fábrica de "Chocolates La Herminia".

¿Qué provocó tu decisión de emigrar?

Siempre he sido muy activo y trabajador, he mirado otras posibilidades, he esperado una vida mejor, así que mi idea inicial era viajar a Australia, pero finalmente aterricé en Montpellier (Francia), donde estuve 6 meses. De ahí me fui a Bruselas (Bélgica), sin conocer a nadie ni tener trabajo. Me fui con 26 años, en 1962, con una maleta de cartón, donde llevaba un pantalón, una camisa y un montón de sueños.

¿Dónde te colocaste?

Estuve en una empresa de grifos 4 años. Me encargaba de poner las máquinas a punto. Luego estuve 4 años en el "Teatro Flaman", donde aprendí todo sobre electricidad, y finalmente estuve 27 años en la empresa de electricidad "BELB", trabajando en la Feria Internacional de Bruselas (Atomium). Aquí me jubilé.

¿Cuándo te casaste?¿Cómo te recibió tu familia política?

Conocí a Rosa en un baile en “El Viejo Bruselas”, donde se solían reunir todos los españoles. Me casé con 29 años, y la familia de Rosa me recibió muy bien. Tengo un gran recuerdo de su tía Luisa, que me quería como un hijo y a la que le encantaba venir a Villabrázaro.

Te gustaba volver cada año a Villabrázaro…

Sí, cada vez que he podido, siempre he llevado el pueblo en mi corazón, y me siento muy español. No me gusta que me llamen “el belga”.

Los veranos no he faltado, y si podía escaparme en alguna otra ocasión, también. Volvía ilusionado, porque a mi hijo Manolo también le encantaba, tenía una gran pandilla y se lo pasaba muy bien con ellos.

¿Qué te motivó a hacerte una casa en Villabrázaro y no en otro lugar?

Me llamaban las raíces y además tenía el proyecto de montar un negocio. Construí la casa de manera que en la parte baja pudiera instalarse una fábrica textil, de confección, con la idea de que entraran a trabajar personas del pueblo, dándoles la formación adecuada. Esta producción se exportaría. Pero al final por diversos motivos, no salió adelante.

Casa de Saturnino; una de las más grandes de Villabrázaro, en la calle Mayor 4

Tus hobbies en Bruselas y Villabrázaro serán diferentes

En Bruselas me gusta ir a las peñas españolas, donde se organizan fiestas. Los españoles que vivimos allí estamos muy unidos. También me ha gustado mucho la pesca con caña en alta mar. He recorrido por este motivo muchos países, como Holanda, Inglaterra…

En Villabrázaro me gusta pasear, quedar por la noche con vecinos de confianza, ir a los restaurantes de la zona, a las fiestas de otros pueblos. Aprovecho la estancia para hacer turismo con mi esposa por España y Portugal.

¿En qué época consideras que ha estado mejor el pueblo?

[Aquí fue imposible que Saturnino respondiera, por más que le insistí y mencioné diferentes etapas y años :D Sin respuesta]

¿Qué visión tienes de Villabrázaro viviendo en un país que es sede de la Unión Europea?

Como un desierto, no hay vida. Veo un retraso en comparación a Bélgica mínimo de 20 años.

¿Consideras que los políticos han tenido responsabilidad en la marcha del pueblo?

Sí, la mayoría no han hecho nada. No es cuestión de dinero, sino de una mala gestión.

¿Cuáles son tus deseos para Villabrázaro?

Ver el pueblo bien, en buen estado y con buena armonía. Que haya trabajo para todos y que prospere.

Saturnino y su esposa Rosa, en el precioso jardín de su casa de Villabrázaro (Zamora)

¡MUCHAS GRACIAS POR CONCEDERME ESTA ENTREVISTA!

¡OS ESPERAMOS TODOS LOS VERANOS EN VILLABRÁZARO!

¡HASTA PRONTO, AMIGOS!