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Mi abuelo León |
En casa siempre aparecen objetos curiosos, y a éste le tengo un gran cariño, pues es un recuerdo del pasado laboral de mi
abuelo León Alonso Olalla, que fue
guarda de noche en la
RENFE, en los años 20 del siglo pasado.
Mi abuelo después de trabajar en la
cantera, se empleó en la RENFE, y durante toda su vida hasta su jubilación estuvo en la compañía desempeñando diferentes labores, compaginándolas como podía con sus tareas del campo.
Su misión como guarda era dura, pues consistía en
vigilar durante toda la noche la vía, haciendo el recorrido desde la Casilla del Bebedero, que estaba en el cruce con la carretera de Manganeses, hasta Pobladura,
más de 8 kms, que caminaba varias veces de ida y vuelta.
En aquellos
fríos inviernos, de viento, lluvia, nieves,
cencelladas y demás inclemencias, iba todo lo
abrigado que podía, con su capote, gorro,
leguis y zapatos fuertes, acompañado de su fiel perrito pequeño y negro Clavelín.
También llevaba su eterna
pitillera para fumar de vez en cuando, su mechero de mecha y su
reloj de cadena en el chaleco para saber las horas a las que pasaban los trenes.
Mechero de mecha, pipa y cigarros liados por mi abuelo que conservo actualmente con cariño
A lo largo del recorrido había cinco
casillas: la del Bebedero, la del Monte, la del Sierro, la del pueblo y la de Paladinos.
En la casilla del pueblo vivían los padres de Eloína y Elena, en la del Sierro el señor Jacinto y la señora Demetria (padres de Paca).
Curiosamente, aún
no existía el apeadero en el pueblo, fue inaugurado en 1935, con lo cual la gente no podía coger el tren en Villabrázaro, tenían que ir a Pobladura del Valle o a Benavente.
Casilla de Villabrázaro, en la línea Palazuelo-Astorga
Detalle del Punto Kilométrico de la casilla del pueblo
El apeadero NO existía en aquella época, fue inaugurado en 1935. Punto Kilométrico: 293,296
Indicador del paso a nivel sin barreras en la plaza de arriba, calle de las Bodegas
El
farolillo era la única iluminación que llevaba mi abuelo, con
aceite como combustible. Tenía una
luz frontal blanca, con la que iba mirando cuidadosamente toda la vía, para comprobar si existía algún defecto o avería. Los laterales estaban cerrados con una tapa corredera, y si todo era normal, levantaba la tapa del lado de la
luz verde y hacía señales al tren nocturno para que pasara, indicando que todo iba bien.
Por el contrario, si hallaba alguna anomalía, elevaba la tapa del lateral con el
cristal rojo para indicar precaución y que el tren aminorase la marcha.
Por la mañana, una vez terminado su turno, iba a Pobladura a dar el informe de lo acontecido al capataz.
Después de unos años de realizar este trabajo, pasó a desempeñar otras obras dentro de la brigada.
Tramo de la vía de Zamora a Astorga, en la zona de la Cantera, que tantas veces recorrió mi abuelo
Farolillo con la puertezuela abierta. Se puede observar el interior y cómo habría una mecha alimentada por aceite
Farolillo con la tapa lateral del cristal rojo semiabierta
Farolillo con la luz blanca frontal, como si fuera una linterna, con la que mi abuelo iba observando la vía
Farolillo con la luz lateral verde, indicando que todo está correcto y el tren puede seguir su camino
Farolillo con la luz lateral roja, indicando que hay alguna avería y el tren debe circular con precaución